viernes, 15 de marzo de 2013

PARQUE ARVÍ-COMFAMA







Esta experiencia comienza un sábado cuando mi padre me llama muy entusiasmado invitándome a pasar el día en el Parque Arví-Comfama que queda en Santa Elena. En ese momento miro a mi novia que estaba al lado mío con una cara de pereza al tener que madrugar el domingo hacer algo que no se veía tan llamativo, de igual manera no le podía decir que no, entonces acepte. Domingo, 8 de la mañana me llama a despertar mi papa a decirme que me recogía en media hora. Estábamos un poco cansados ya que habíamos salido el día anterior. En la subida hacia Santa Elena mi papa nos dijo que había mercado para hacer un asado cuando llegáramos y que habían unas actividades muy entretenidas para nosotros, un poco desinteresados nos quedamos dormidos en el carro. Al llegar al sitio, vimos unas estructuras grandes un poco conceptuales y muchísima naturaleza, se veía muy interesante el concepto que manejaba el lugar. Bajamos el mercado y como hacia frio, las chaquetas de todos. En la entrada nos pedían en carnet de Confama, la novia de mi papa y mi papa tenían carnet pero ni mi novia ni yo teníamos y nos cobraron 66.000 pesos entre los dos. Nos indicaron que si queríamos participar en las actividades teníamos que pasar a una taquilla a pedir un turno. Al llegar a la taquilla preguntamos acerca de las actividades, nos dijeron que eran unas actividades extremas como canopy y pasar obstáculos a 30 metros de altura, mucho más emocionados empezamos el recorrido hasta llegar a una caseta donde tuviéramos una parrilla para hacer la comida y dejar las cosas mientras hacíamos las actividades. Caminábamos y caminábamos, y como no conocíamos se nos hacía muy largo, el día no estaba muy lindo entonces nos frustramos un poco. Al llegar a una caseta, una señora que trabajaba en el lugar nos explico un poco acerca de los recorridos y como podíamos disfrutar más del sitio. Nos dijo que un tren pasaba cada 20 minutos y nos llevaba al sitio para hacer los juegos extremos. Mientras esperábamos el trensito escuchamos comida fritándose, y miramos hacia adelante y vimos 2 caseticas chiquitas donde vendían comida como churros, bebidas y mecato, olía delicioso, mi novia se antojo de churros y yo con un guayabo horrible me pedí una botella de agua, mientras comíamos, nos sentamos en unas bancas y hablamos de cómo nos sentíamos hasta ese momento. La novia de mi papa se entretuvo todo el tiempo con una mariquita que se encontró en la silla mientras nosotros nos quedamos hablando de la arquitectura del lugar y la natural que se veía y se podía detectar con cada sentido, olía a arboles húmedos, se escuchaban pájaros y grillos y sentíamos las ramas y la silla donde nos sentamos era medio tronco de árbol. Al escuchar el pito, salimos corriendo ya que todos los que estaban por ahí se fueron hacer fila para coger puesto. Al llegar al sitio de los juegos extremos buscamos la casetica con la parrilla, caminamos un poco pero no encontramos, preguntamos a unos trabajadores y nos dijeron que no habían parrillas ya que Sanidad dio la orden de que las personas que iban a disfrutar del lugar no podía cocinar ya que podían dejar las cosas sucias y eso podía afectar los animales y las demás personas. En ese momento pensamos que deberían tener una solución para poder comer ya que uno pasa mucho tiempo disfrutando de sus atracciones y no todo el mundo lleva dinero para comprar comida. Encontramos una casita en un árbol donde nos parecía adecuado dejar las cosas mientras mi novia y yo íbamos a disfrutar del canopy y los demás juegos. Mi papa y la novia colgaron una hamaca y sacaron la comida que no se tenía que cocinar para calmar el hambre. Cuando llego nuestro turno de disfrutar de los juegos, nos hicieron una inducción donde nos explicaban que elementos teníamos que usar y cómo hacerlo; por ejemplo teníamos que tener unos guantes todo el tiempo, no eran muy cómodos por que eran todos del mismo tamaño y nos quedaban grandes, el casco que si era ajustable y un arnés donde estaban los elementos para no caernos de las alturas que se sujetaban a unos cables. Después de la inducción nos mandaban para el nivel 1, pero yo, un poco arriesgado le dije a mi novia que nos fuéramos para el mas difícil, que los otros se veían muy fáciles. Cuando empezamos el nivel 4, nadie tenía control sobre las personas que ingresaban a los niveles entonces fue fácil colarnos. Deje que mi novia empezara por si necesitaba ayuda, era un muro de 10 metros aproximadamente donde escalábamos hasta una base, seguí subiendo yo, al estar allá arriba vimos el obstáculo que seguía, no se veía nada fácil y nadie nos había explicado que teníamos que hacer, dejamos que alguien más lo hiciera primero para poder ver como se hacía, seguí yo un poco confundido y temeroso, pero lo logre. Mi novia, muerta del miedo empezó y en la mitad del obstáculo se bloqueo y me dijo que no quería seguir que se quería bajar, la ayude a avanzar hasta llegar a una base segura donde podíamos buscar una solución. Un hombre que trabajaba allí, nos vio a lo lejos que no avanzábamos y nos pregunto que pasaba, le dije que mi novia se quería bajar que si había alguna posibilidad. Le pregunto a ella que si estaba segura y le dijo que completamente, yo por mi lado, decidí seguir el circuito mientras a ella la bajaban hasta el piso firme. Cada obstáculo se volvía más complicado pero logré completarlos todos. Cuando llegue al final me encontré con mi novia que me conto que le habían dicho que se habían dado cuenta que nos habíamos saltado unos niveles y por eso le había pasado lo que le paso, y que por incumplimiento se tenía que salir, así que entregamos los elementos de seguridad y salimos del campo de juegos. Con mucha hambre volvimos a la caseta donde estaba mi papa para ver que habían decidido del almuerzo. Estábamos encartados con todo el mercado y muertos del hambre, preguntamos si había restaurantes adentro del lugar y nos dijeron que al lado de la sala de cine 4D había uno de hamburguesas y alitas. Cuando llegamos al restaurante pedimos 4 combos de 6 alitas, teníamos mas antojo que hambre, sobro un plato entero que guardamos en una bolsa para no botarlo. Al ver que estábamos al lado de la sala de cine, fuimos a preguntar qué de que se trataba la película. Nos entusiasmamos mucho cuando nos dijeron que era 4 dimensiones aunque solo duraría 15 minutos. La espera fue mucha y veíamos que el día cada vez era más gris. Cuando entramos, empezamos a ver la película que era de piratas, las sillas vibraban y salían chorros de agua que nos mojaban, era muy charro aunque un poco corta, al salir de la película empezó a lloviznar y salimos corriendo a ver si alcanzábamos a coger el tren de vuelta pero nos dijeron que había acabado de pasar, nos toco salir corriendo hasta llegar a la entrada del parque para no mojarnos mucho. Cuando salimos, nos montamos al carro con todas las bolsas de mercado que habíamos llegado ya que no pudimos cocinar aunque con una gran sonrisa en la cara por lo bueno que habíamos pasado y conocido.

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