Esta experiencia comienza
un sábado cuando mi padre me llama muy
entusiasmado invitándome a pasar el día en el Parque
Arví-Comfama que queda en Santa Elena. En ese momento miro a mi novia que
estaba al lado mío con una cara de pereza al tener que madrugar el domingo
hacer algo que no se veía tan llamativo, de igual manera no le podía decir que no,
entonces acepte. Domingo, 8 de la mañana me llama a despertar mi papa a decirme
que me recogía en media hora. Estábamos un poco cansados ya que habíamos salido
el día anterior. En la subida hacia Santa Elena mi papa nos
dijo que había mercado para hacer un asado cuando llegáramos y que habían unas
actividades muy entretenidas para nosotros, un poco desinteresados nos quedamos
dormidos en el carro. Al llegar al sitio, vimos unas estructuras grandes un
poco conceptuales y muchísima naturaleza, se veía muy interesante el concepto
que manejaba el lugar. Bajamos el mercado y como hacia frio, las chaquetas de
todos. En la entrada nos pedían en carnet de Confama, la novia de mi papa y mi
papa tenían carnet pero ni mi novia ni yo teníamos y nos cobraron 66.000 pesos
entre los dos. Nos indicaron que si queríamos participar en las actividades teníamos
que pasar a una taquilla a pedir un turno. Al llegar a la taquilla preguntamos
acerca de las actividades, nos dijeron que eran unas actividades extremas como
canopy y pasar obstáculos a 30 metros de altura, mucho más emocionados
empezamos el recorrido hasta llegar a una caseta donde tuviéramos una parrilla
para hacer la comida y dejar las cosas mientras hacíamos las actividades. Caminábamos
y caminábamos, y como no conocíamos se nos hacía muy largo, el día no estaba
muy lindo entonces nos frustramos un poco. Al llegar a una caseta, una señora
que trabajaba en el lugar nos explico un poco acerca de los recorridos y como podíamos
disfrutar más del sitio. Nos dijo que un tren pasaba cada 20 minutos y nos
llevaba al sitio para hacer los juegos extremos. Mientras esperábamos el
trensito escuchamos comida fritándose, y miramos hacia adelante y vimos 2
caseticas chiquitas donde vendían comida como churros, bebidas y mecato, olía
delicioso, mi novia se antojo de churros y yo con un guayabo horrible me pedí
una botella de agua, mientras comíamos, nos sentamos en unas bancas y hablamos
de cómo nos sentíamos hasta ese momento. La novia de mi papa se entretuvo todo
el tiempo con una mariquita que se encontró en la silla mientras nosotros nos
quedamos hablando de la arquitectura del lugar y la natural que se veía y se podía
detectar con cada sentido, olía a arboles húmedos, se escuchaban pájaros y
grillos y sentíamos las ramas y la silla donde nos sentamos era medio tronco de
árbol. Al escuchar el pito, salimos corriendo ya que todos los que estaban por ahí
se fueron hacer fila para coger puesto. Al llegar al sitio de los juegos
extremos buscamos la casetica con la parrilla, caminamos un poco pero no
encontramos, preguntamos a unos trabajadores y nos dijeron que no habían
parrillas ya que Sanidad dio la orden de que las personas que iban a disfrutar
del lugar no podía cocinar ya que podían dejar las cosas sucias y eso podía
afectar los animales y las demás personas. En ese momento pensamos que deberían
tener una solución para poder comer ya que uno pasa mucho tiempo disfrutando de
sus atracciones y no todo el mundo lleva dinero para comprar comida.
Encontramos una casita en un árbol donde nos parecía adecuado dejar las cosas
mientras mi novia y yo íbamos a disfrutar del canopy y los demás juegos. Mi
papa y la novia colgaron una hamaca y sacaron la comida que no se tenía que
cocinar para calmar el hambre. Cuando llego nuestro turno de disfrutar de los
juegos, nos hicieron una inducción donde nos explicaban que elementos
teníamos que usar y cómo hacerlo; por ejemplo teníamos que tener
unos guantes todo el tiempo, no eran muy cómodos por que eran todos del mismo
tamaño y nos quedaban grandes, el casco que si era ajustable y un arnés donde
estaban los elementos para no caernos de las alturas que se sujetaban a unos
cables. Después de la inducción nos mandaban para el nivel 1, pero yo, un poco
arriesgado le dije a mi novia que nos fuéramos para el mas difícil, que los
otros se veían muy fáciles. Cuando empezamos el nivel 4, nadie tenía control
sobre las personas que ingresaban a los niveles entonces fue fácil colarnos.
Deje que mi novia empezara por si necesitaba ayuda, era un muro de 10 metros
aproximadamente donde escalábamos hasta una base, seguí subiendo yo, al estar allá
arriba vimos el obstáculo que seguía, no se veía nada fácil y nadie nos había
explicado que teníamos que hacer, dejamos que alguien más lo hiciera primero
para poder ver como se hacía, seguí yo un poco confundido y temeroso, pero lo
logre. Mi novia, muerta del miedo empezó y en la mitad del obstáculo se bloqueo
y me dijo que no quería seguir que se quería bajar, la ayude a avanzar hasta
llegar a una base segura donde podíamos buscar una solución. Un hombre que
trabajaba allí, nos vio a lo lejos que no avanzábamos y nos pregunto que
pasaba, le dije que mi novia se quería bajar que si había alguna posibilidad.
Le pregunto a ella que si estaba segura y le dijo que completamente, yo por mi
lado, decidí seguir el circuito mientras a ella la bajaban hasta el piso firme.
Cada obstáculo se volvía más complicado pero logré completarlos todos. Cuando
llegue al final me encontré con mi novia que me conto que le habían dicho que
se habían dado cuenta que nos habíamos saltado unos niveles y por eso le había
pasado lo que le paso, y que por incumplimiento se tenía que salir, así que
entregamos los elementos de seguridad y salimos del campo de juegos. Con mucha
hambre volvimos a la caseta donde estaba mi papa para ver que habían decidido
del almuerzo. Estábamos encartados con todo el mercado y muertos del hambre,
preguntamos si había restaurantes adentro del lugar y nos dijeron que al lado
de la sala de cine 4D había uno de hamburguesas y alitas. Cuando llegamos al
restaurante pedimos 4 combos de 6 alitas, teníamos mas antojo que hambre, sobro un plato entero que guardamos en una bolsa para no botarlo. Al ver que estábamos
al lado de la sala de cine, fuimos a preguntar qué de que se trataba la película.
Nos entusiasmamos mucho cuando nos dijeron que era 4 dimensiones aunque solo duraría
15 minutos. La espera fue mucha y veíamos que el día cada vez era más gris.
Cuando entramos, empezamos a ver la película que era de piratas, las sillas
vibraban y salían chorros de agua que nos mojaban, era muy charro aunque un
poco corta, al salir de la película empezó a lloviznar y salimos corriendo a
ver si alcanzábamos a coger el tren de vuelta pero nos dijeron que había
acabado de pasar, nos toco salir corriendo hasta llegar a la entrada del parque
para no mojarnos mucho. Cuando salimos, nos montamos al carro con todas las
bolsas de mercado que habíamos llegado ya que no pudimos cocinar aunque con una
gran sonrisa en la cara por lo bueno que habíamos pasado y conocido.
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